Por Valeria Bazalar
Lo primero que se nos viene a la mente cuando hablamos de
desastres naturales son probablemente
los terremotos, es de lo que más sabemos y a lo que más tememos. Sin embargo,
hay otro que aqueja bastante al Perú, los
huaycos. Un huayco “se origina por la caída violenta de
agua, la que arrastra barro, piedras, árboles y cuanto esté a su paso. Se
forman en las partes altas de las microcuencas debido a la existencia de capas
de suelo deleznables en la superficie o depósitos no consolidados de suelo, que
son removidos por las lluvias”
Por desgracia no siento
que la información se difunda tanto como debería. Por ejemplo, podría escribir hojas de hojas sobre
los terremotos sin tener que revisar ni una sola páginas web o libro y esto se
debe a que desde siempre hemos sido
prevenidos –en el colegio, principalmente-: siempre hay afiches pegados en las
paredes de casi todos los locales, spots publicitarios en la televisión y radio…
es como si a veces olvidáramos que existen otras desgracias.
Es por esto que aprovecho
mi tema para hacer hincapié en esto. Creo que lugares como Cuzco, Junín, San Martín
y sin ir muy lejos, el Rímac, deberían contar con mayor información acerca de
cómo estar prevenidos, cómo actuar durante y después, lo mismo que con los
sismos. La mejor manera de prevenir desgracias es educar a la gente, porque
finalmente es la ignorancia el punto de quiebre entre quién sobrevive y quién
no.
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